La cooperativa “El bosque de don Roberto” abrirá un ecoparque y un ecomercado para la conservación de la flora y fauna en la Exhacienda Santa Rosa y las Cruces, un terreno de 40 hectáreas, ubicado en la zona del bulevar Rafael Guízar y Valencia, mejor conocido como Arco Sur.
Se busca la aplicación de servicios ambientales para generar recursos económicos y, posteriormente, destinarlos a la conservación del lugar mencionado.
De acuerdo con Armando Uresti Ramírez, vicepresidente de la cooperativa, también se pretende consolidar un “bosque urbano”, donde sea incorporada la ciudad, de manera “amigable”, en el bosque.
“Lo que queremos es darle a conocer a la gente que se puede habitar, que se puede utilizar el bosque de una manera respetuosa, sin tener que afectarlo, sin que detener el desarrollo Urbano, conviviendo con áreas naturales”.
El primer proyecto que presenta la cooperativa a la sociedad es el mercado ecológico, con un enfoque social y sustentable.
“Lo que busca este mercado es fomentar la economía circular y más en estos tiempos donde la economía está cambiando, entonces queremos ser un foro y un ejemplo de que se pueden crear otras economías”.
BIOCONSTRUCCIÓN
Además del cuidado ambiental, el proyecto del mercado ecológico también busca apoyar a la economía local, mediante la comercialización de productos elaborados por manos de veracruzanas y veracruzanos.
“Lo que buscamos es precisamente que sean productores locales, que sean negocios y empresas locales que puedan estar aquí promoviendo sus productos”.
Esther Cruz Martínez, presidenta de la cooperativa, recuerda que en dicho mercado serán adecuados 32 locales comerciales, con estructuras de bambú y carpas de plástico para cubrirse de la lluvia.
El ecomercado es diferente a los modelos tradicionales, pues cada uno de los módulos se realizan con bioconstrucción, reutilizando botellas de plástico, basura y materiales de bajo impacto.
Allí, serán comercializadas plantas suculentas, barras energéticas, artesanías, manualidades, macetas de cerámica, comida, café, frutas y verduras, y jugos y licuados.
“Está abierto a todo tipo de productores, mientras sean productores locales, que sean de las zonas cercanas y que tengan ese compromiso de respetar los espacios”.
El ecomercado es diferente a los modelos tradicionales, pues cada uno de los módulos se realizan con bioconstrucción, reutilizando botellas de plástico, basura y materiales de bajo impacto.
Los comerciantes se han comprometido a minimizar el uso de plásticos y, en el caso de los desechos orgánicos, existe una zona asignada para realizar composta.
EDUCACIÓN AMBIENTAL
También se contempla la impartición de talleres y conferencias sobre educación ambiental para los comerciantes y los visitantes.
Se busca crear una conciencia “profunda” al respecto, fundamental para el éxito a corto y largo plazo del proyecto ecológico.
El ecoparque también será creado con base en técnicas de bioconstrucción y contará con actividades recreativas, científicas, culturales y deportivas, en contacto con la naturaleza.
Este proyecto promueve la inclusión, mediante la apertura a todos los miembros de la comunidad civil.
Los empleos serán asignados preferentemente a personas con situaciones especiales o vulnerables.
Armando Uresti recuerda que se planea tener actividades de senderismo en el lugar y la adecuación de espacios para que las familias puedan disfrutar de un “día de campo”.
“Tenemos una avenida de nueve metros de ancho, donde pueden convivir, una ciclopista, donde pueden pasear con los perros, vamos a ser petfriendly, pueden venir con sus mascotas”.
En el ecoparque se planea colocar cabañas, una tirolesa y juegos rústicos.
Se prevé la apertura del ecomercado y ecoparque en las siguientes semanas. Aún no existe una fecha específica por las condiciones climáticas y de la pandemia del SARS-COV-2 (COVID-19).
CONSERVACIÓN DE ESPECIES
Los encargados del proyecto contemplan promover la conservación de especies, como de la abeja melipona.
También llevan a cabo trabajos para la limpieza de un arroyo que atraviesa la zona, mismo que ha sido contaminado con basura.
“La ciudad misma le arroja basura. Ahorita se está plantando bambú alrededor del arroyo para que sirva para filtrar el agua y se limpie”.
Por su parte, Esther Cruz, hija de don Roberto, quien compró la propiedad hace más de 50 años, menciona que ha habido apoyo por parte del gobierno municipal y federal para que el proyecto sea una realidad.
“La idea de nosotros es que se tenga una convivencia real, el bosque, que se conserven las especies que hay aquí, y que la gente pueda venir aquí a actividades educativas”, comenta.
Fuente: La Crónica de Xalapa
